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domingo, 27 de junio de 2010

Hablemos de sexo


Me sorprende ver lo poco que habla la gente de sexo ¡y lo mucho que desean hacerlo!


Cuando trabajo con un grupo de mujeres, por ejemplo en los talleres, en muchas ocasiones se componen de varios subgrupos de amigas. Me doy cuenta de que, aún teniendo mucha confianza y conociéndose desde hace años, esas personas nunca han hablado de sexo, o igual si, pero no del suyo, al menos.


Creo que mucha culpa la tiene el pudor, pero tampoco se trata de contar con detalles la útima noche de pasión con tu pareja sino, una vez más, de que fluya de forma natural. Hablar de la sexualidad, de como te sientes, de lo que te gusta, lo que no, como cuando hablas de cualquier otro tema. No me sirve la excusa del pudor cuando todos los grupos de amigas hablan de su menstruación con todo tipo de detalle; la duración, la sensación, el volumen, los efectos etc.


En las muchas ocasiones en las que se han formado conversaciones sobre el tema, que han ido derivando en experiencias u opiniones más personales, las involucradas se han sentido aliviadas. Sobre todo por sentir que lo que les pasaba era normal. Está claro que, cuando hablamos de sexualidad, cada persona es un mundo, pero en el fondo no somos tan distintos y, desde luego compartimos la caracteristica de no ser Súperhombres ó Súpermujeres. Sin una información más cercana y terrenal, es posible que nos sintamos extraños por no tener ganas de sexo todos los días, por no practicar posturas dignas del Circo del Sol o por no tener órgasmos en cada ocasión y con esa facilidad que demuestran las películas. Es una forma de eliminar mitos, debatirlos y considerarlos seriamente.


En cuestiones de sexo, como en muchas otras áreas, la máxima preocupación de la gente es ser "normal", pero ¿donde situamos esa normalidad?. En realidad, si las personas involucradas están de acuerdo y se disfruta del momento, conseguimos el objetivo de la relación sexual, ¿donde cabe la normalidad ahí?, ¿que importa lo que haga el vecino?.


Aún así, hablando del tema nos daremos cuenta de que nadie es "normal" pero no somos tan extraños. Todas esas excentricidades que pensamos que tenemos, no lo son para nada.


Pongo como ejemplo, por no poner el de siempre del orgasmo vaginal-clitoriano, el de la eyaculación femenina. Muchas mujeres piensan que no han tenido un verdadero orgasmo porque no han eyaculado, miran a sus compañeras de trabajo, a sus amigas, a sus familiares pensando que ellas seguramente si eyaculan, que cómo es posible que ella no lo consiga. En los talleres suele salir ese tema y pocas veces hay una mujer en el grupo que haya experimentado una auténtica eyaculación femenina. Y todas han tenido órgasmos.


Los hombres también caen en pensar que pertenecen a la minoria que ha sufrido un "gatillazo". La pérdida de erección puede ocurrir por tantas causas que es raro que haya un hombre que no le haya pasado nunca, estar cansado, nervioso, perder la concentración o el ritmo, el alcohol...todo eso puede debilitar una erección. ¿Que hombre no ha estado nunca nervioso ante una relación sexual?





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