Las quejas de las parejas que acuden a terapia son tremendamente variadas.
Al fin y al cabo son dos individuos (cada uno de su padre y de su madre) que se
relacionan a nivel íntimo y cada combinación es completamente distinta. Los
problemas de comunicación sí que suelen ser un factor común en la terapia de
pareja, en distintos grados y maneras, pero ahí están.
Aunque no me gusta generalizar y pienso en las personas como individuos
diferentes, independientemente de su género, es cierto que mujeres y hombres
pueden tener una manera de comunicarse diferente y esto lleva a sentimientos de
incomprensión y frustración. Esto ocurre en todo tipo de relaciones entre
hombres y mujeres (amorosas y de amistad), pero es dentro de una pareja
heterosexual donde estas diferencias llevan a problemas más graves.
Diferencias al entender la comunicación
La clave está en que los hombres comunican con un fin concreto y las
mujeres a veces también, pero muchos de los actos de comunicación de ellas son para
establecer un vínculo. Es decir, para ellos la comunicación tiene una función
práctica y ellas además añaden un fuerte componente afectivo. Y no es solo que
nos expresemos de distinta forma o con diferente objetivo es que también
entendemos que el otro lo hace (o debería hacerlo) como nosotros…y ahí surge el
conflicto.
Cuando una mujer habla, a una amiga o a su pareja, está creando un vínculo.
Hasta donde cuenten, cuanto compartan y, en resumen, cuanto confíen, depende de
la relación que quieran tener con esa persona. Si tenemos en cuenta que la
relación amorosa es la más intensa a nivel confianza y afecto…ellas comparten
todo. “Te lo cuento porque te quiero” podría ser un buen resumen.
Los hombres hablan con un objetivo; sea compartir una idea o algo que les
ha ocurrido o buscar ayuda para un problema (“te lo cuento porque quiero que lo
sepas”). No entienden la comunicación de la misma manera que las mujeres y a
veces se quejan de lo charlatanas que pueden ser sus compañeras. Si decide
decírselo, ella se sentirá rechazada (no acepta mi muestra de cariño). Además, el hombre no se comunica así y no
cuenta tantas cosas así que su mujer puede dudar de que confíe en ella, o
incluso de que la quiera.
Nos enfrentamos a los problemas de manera distinta.
La manera de enfrentarse a los problemas también es distinta. Si tiene
solución, el hombre pedirá consejo o ayuda a quien pueda dárselo, y si no la
tiene tratara de olvidarlo porque poco se puede hacer. La mujer en ambos casos
lo contará, hablar le ayuda a ordenar las ideas en su cabeza y sentirse mejor,
así que optara por contárselo a varias personas, no importa si pueden ser de
ayuda o no. A la hora de relacionarse, si la mujer se lo cuenta a su compañero,
este (aplicándolo a lo que el haría) interpreta que busca consejo y se lo da,
pero ella puede buscar solo el desahogo y además es posible que no entienda
porque “su chico le dice lo que tiene que hacer”.
Os pongo en una situación hipotética, tanto si sois hombres como mujeres:
Imaginad que os enteráis por otra persona de que vuestr@ mejor amig@ se ha
separado de su pareja hace un mes. Como os sentiríais? En esta situación una mujer vería vulnerada
la amistad, no compartir un momento tan duro e importante solo puede significar
para ella que no hay confianza suficiente, de hecho muchas mujeres que estén
leyendo esto ahora estarán pensando “es imposible que eso ocurra!”. Si eres
hombre no le das tanta importancia, seguramente no ha habido oportunidad o por
alguna razón personal no ha querido contarlo. ¿Estoy en lo cierto?
Por supuesto, no se puede generalizar. Algunas personas no se sienten
identificadas con esto para nada. Es una diferencia muy común pero no es un
hecho invariable. Tampoco es el único problema de comunicación que puede
existir. Si fuese así, se podría decir que las parejas homosexuales disfrutan
de una comunicación excelente en sus relaciones, y no es el caso. Porque lo que
sí es un hecho es que como individuos tenemos distintas maneras de comunicarnos
y solemos asumir que el resto de las personas lo hace de la misma manera y con
la misma intención que nosotros. Esto lleva a confusiones y conflictos y
siempre es recomendable darse cuenta que esperamos de la otra persona cuando
comunicamos algo y que recibimos. No se trata de cambiar nuestra forma de
relacionarnos, se trata de saber que somos distintos y asumir que nadie tiene
porque entender nuestras intenciones ocultas, nuestras indirectas o darse
cuenta por sí mismo de nada que no digamos directamente.
¿Te suena que te haya pasado alguna vez?
2 comentarios:
Hola Marta! muy buena tu publicación ;-) mientras la leía recordaba un libro que leí hace tiempo "Los hombres son de Marte, las mujeres de Venus" , que también hace una reflexión sobre las diferencias entre hombres y mujeres, y cómo al conocerlas podemos llegar a entendernos mejor, la verdad que es un tema muy interesante.
Te invito a conocer mi blog: www.prettynuit.blogspot.comb
Un saludo!!
Muchas gracias Pretty Nuit.
Interesante tu blog, lo seguiré!
Un besazo
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