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viernes, 25 de septiembre de 2009

Sexoeducación


La educación sexual que recibimos, estamos todos de acuerdo, es deficiente. Y esto no sólo afecta a las tasas de embarazo adolescente o de contagio de enfermedades de transmisión sexual, sino que es la principal causa de disfunciones sexuales. Por eso no es suficiente con enseñar a los adolescentes a poner preservativos, la educación sexual debe empezar desde el nacimiento y en temas mucho más amplios que los anticonceptivos. Falta una educación en afectividad, falta abrazar y achuchar a los niños para que, en un futuro, no tengan miedo al afecto, ni a tocar, ni al contacto físico. Falta una educación sexual en igualdad, hasta ahora, pero cambiando a pasitos lentos, se nos dice que la sexualidad es masculina, son ellos los que tienen instintos sexuales, los que piensan en sexo, los que se masturban y los que disfrutan realmente del sexo. Aprendemos con el tiempo que eso no es cierto, que las mujeres disfrutamos de las fantasías, la masturbación y el sexo tanto cómo los hombres. Pero hasta que se nos mete en la cabeza, si es que se nos mete, las mujeres pasamos por momentos de confusión, culpabilidad y freno de impulsos. Últimamente nos hemos ido dando cuenta de que las mujeres disfrutan del sexo, pero lo hemos enfocado mal y se nos ha olvidado que cada persona es responsable de su propio placer. Así, los hombres cargan con el peso de la responsabilidad de los orgasmos de ella, esa famosa frase de “no hay mujer frígida sino hombre inexperto”, me pone mala, ¿no sería más exacto; “no hay mujer frígida sino mujer autodesconocida”?, o algo menos resabidillo y sin la palabra frígida que es espantosa. El tener esas ideas erróneas aprendidas puede llevar a disfunciones cómo eyaculación precoz, disfunción eréctil, anorgasmia, vaginismo y falta de deseo. ¿Sería tan complicado educar en que la sexualidad es algo completamente natural? ¿Liberar el concepto de reglas, moralinas y magias? Con lo de magias quiero decir que, el tabú en el sexo y, más concretamente, en la fisiología de los genitales masculinos y femeninos hace que la gente atribuya al pene y a la vagina unas propiedades mágicas o por lo menos alejadísimas de las de cualquier otra parte del cuerpo. Faltan muchas cosas en la sexoeducación en casa y en la escuela, particularmente en esta última siempre he pensado que en la clase de Ciencias Naturales (o cómo se llame ahora) pasaban bastante por encima del aparato reproductor, como mucho contaban algo del femenino en cuanto a la menstruación y tal pero ya es mucho pedir. Sino haced la prueba de intentar dibujar el aparato reproductor masculino interno y sonrojaos ante vuestra ignorancia. Creo muy necesario el estudio del aparato reproductor masculino y femenino, y no sólo en sus funciones más biológicas, sino en su funcionamiento a nivel sexual. Pero esto último es mucho pedir, ¿verdad?

1 comentarios:

Hola.

La verdad es que me parece un buen análisis… parcial.
Está bien intentar atacar a las causas en lugar de paliar los síntomas, pero no es justo acusar a la falta de educación sin más.
Vivimos en la sociedad de la información, para bien o para mal, y cualquiera tiene acceso a documentación seria relativa al sexo al alcance de un par de clicks.

Falta de interés?
Ignorancia generalizada?
Los bajos niveles académicos que tiene este país (y cayendo empicado!) y, en general, de valores como el respeto a la autoridad, son causa del pasotismo molón que es lo que se desarrolla, cada vez más, en nuestras aulas. Este malotismo, empujaría, de forma inevitable, a que un tema como el sexo como asignatura educacional pasara a ser la hora del cachondeo en clase y el machitismo.

Para mí, el problema de la educación sexual no es más que otro síntoma de la falta de valores y conciencia social. Está claro que la solución de compromiso a la que se ha llegado con:
1.- la sobreprotección de los menores
2.- en conjunción con “el carácter mediterráneo” en el que el más golfo, egoísta social, maleducado, etc. es el que más mola y el ejemplo a seguir;
no es la opción más acertada.

Eso sí, no lo digas muy alto, que muchos ignorantes pro-derechos (en general sin importar de qué) pondrán el grito en el cielo, porque pensar en las consecuencias es demasiado complejo y, por supuesto, muy reaccionario.

Uf!
Esto iba de sexo, no?

Pues he dicho culo!